2ª EVALUACIÓN
LECCIÓN 3: LAS CIUDADES


A partir del cultivo continuo y sistemáticos de los granos dio ocasión a asentamientos más permanentes, a los que los historiadores se refieren como las villas o ciudades agrícolas del Neolítico. Una de las comunidades agrícolas más antigua y extensa fue Catal Hüyük, localizada en la actual Turquía (1958). A finales del segundo milenio a. C., los moradores del valle del Indo habían construido numerosas y sorprendentes ciudades. Presentaban muchos de los rasgos que asociamos con la vida moderna, lo que los convertía en únicos en el mundo en aquellos tiempos.
A partir del 6000 a. C., el desarrollo cultural y tecnológico de las diferentes comunidades neolíticas y el constante crecimiento demográfico propiciaron la aparición de aldeas cada vez más grandes. Este fue el caso de Catal Hüyük, en Turquía ( y de otras villas mas) . Este último poblado, que llegó a albergar a casi 5000 habitantes, fue considerado durante mucho tiempo como "el primer núcleo urbano de la historia".
Posteriormente se ha demostrado que en él, pese a sus grandes dimensiones, nunca existió una división especializada del trabajo ni una organización social y política, lo que impide que sea considerado como una ciudad.
Sus muros circundaban 32 acres, y tal vez la población llegara a los seis mil habitantes en su mejor momento (entre 6700 y 5700 a. de C.). La gente vivía en casas modestas de adobe, edificadas tan próximamente unas de otras, que sólo formaron unas pocas calles. Para llegar a sus casas, sus habitantes tenían que caminar por las azoteas y luego entrar en sus casas a través de un orificio en el techo. Los arqueólogos han descubierto que se cultivaban hasta doce productos en Catal Hüyük, incluyendo frutas, nueces y tres variedades de trigo. La gente cultivaba sus propios alimentos y los guardaba en los almacenes de sus casas.

Catal Hüyük descubierta en 1958 al sur de Anatolia, en Turquía. Vivían unas 5000 personas, practicaban la agricultura y la cría de animales. A través del la obsidiana realizaron intercambios comerciales con regiones vecinas. La construcción era de ladrillos de adobe y paja secados al sol. Los techos se apoyaban sobre tirantes de madera. Se usaba la caña como cubierta y a veces se usaban el concepto de columna para soportar cargas verticales. Los muros se recubrían de barro e interiormente se lo decoraba.
Los animales domesticados —en especial, el ganado— proporcionaban carne, leche y pieles. La excedencia de alimentos también hizo posible que sus pobladores se dedicaran a otras actividades distintas de las agrícolas. Determinadas personas se convirtieron en artesanos y fabricaron armas y joyería, que comerciaban con los vecinos, dando acceso de esta forma a los habitantes de Catal Hüyük a un mundo más amplio alrededor de ellos.
Aproximadamente en 6000 a.C. Catal Hüyük, era una ciudad bulliciosa comercial, como Jericó, en las proximidades del Creciente Fértil, donde emergieron las primeras comunidades agrícolas. El comercio de la obsidiana contribuyó a que esta impresionante ciudad se hiciese grande y fuerte.
La obsidiana, llamada a veces vidrio volcánico, es una roca ígnea volcánica perteneciente al grupo de los silicatos. Su color es negro, aunque puede variar según la composición de las impurezas del verde muy oscuro al claro, al rojizo y estar veteada en blanco, negro y rojo. La obsidiana es usada como ornamento o para hacer herramientas.
Aunque sólo se ha excavado una parte de ella, una serie de asombrosas pinturas parietales, fechadas unos 8.000 años atrás, muestra una diosa en forma de buitre alimentándose de cadáveres: una antigua práctica conocida como excarnación. Los pueblos neolíticos de toda Europa colocaban los cadáveres de las personas queridas a la intemperie para que pudieran ser devorados por las aves de presa y otros animales como parte de un continuo ciclo de vida, muerte y regeneración. Una vez consumida la carne, se enterraban los huesos siguiendo una ceremonia ritual que debió de tener lugar en emplazamientos megalíticos como Stonehenge.
Estas ceremonias expresaban la profunda reverencia que estas sociedades sentían por el ciclo de la vida, muerte y renovación, representando los huesos las semillas de la nueva vida.

En Catal Hüyük se han encontrado lugares de culto religioso con figuras de dioses y diosas domésticos, así como diversas estatuillas de figuras femeninas.
Dotadas de senos y asentaderas muy prominentes, estas "madres tierra" tal vez representaban de manera simbólica la fertilidad de "nuestra madre" tierra y la de las madres humanas. Tanto los relicarios como las estatuillas son indicadores del creciente papel que desempeñaba la religión en las vidas de estas personas del Neolítico.
Figurilla de una diosa madre de 8.000 años de antigüedad hallada en Catal Hüyük, Turquía, que representa a ¡a mujer dando a luz entre leones. Muestra el fervor con el que estos primeros pueblos agrícolas y comerciantes veneraban la fertilidad, la feminidad y el constante ciclo de nacimiento, vida y muerte.
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